Orientación: La orientación de la casa es un factor clave, se prefiere una orientación que permita la entrada de luz natural y una buena circulación de aire. Además, la puerta de entrada principal debe estar orientada hacia el sur o el sureste, consideradas direcciones auspiciosas que atraen la energía positiva.

Distribución de Espacios: Se sugiere una distribución de espacios que favorezca el flujo de energía y la interacción armoniosa entre los habitantes. Se recomienda evitar espacios angostos o pasillos largos y rectos que puedan obstruir el paso de la energía.

Colores y Materiales: Los colores y materiales utilizados en el hogar también son importantes. Se prefieren colores suaves y tonos naturales que evocan la tranquilidad y la armonía, como el verde, el azul y el beige. En cuanto a los materiales, se valoran aquellos naturales como la madera, la piedra y el metal.

Iluminación: La iluminación adecuada es fundamental. Se recomienda maximizar la entrada de luz natural durante el día y utilizar iluminación suave y difusa por la noche. Las velas y las lámparas de sal también se utilizan para purificar y energizar el ambiente.

Jardinería: El diseño del jardín debe seguir los principios del Feng Shui, con la creación de espacios verdes armoniosos y equilibrados. Se pueden incluir elementos como fuentes de agua, estanques, rocas y esculturas para promover la circulación de una buena energía.

Patio y Terraza: El patio o la terraza son extensiones del hogar en donde se pueden utilizar plantas, muebles cómodos y elementos decorativos para crear un espacio de relajación y conexión con la naturaleza.

La aplicación del Feng Shui en el diseño de interiores y exteriores del hogar puede tener una serie de beneficios, entre ellos:

Mejora del bienestar físico y emocional de los habitantes.

Incremento de la armonía y la cohesión familiar.

Promoción de la salud y la prosperidad.

Creación de un ambiente acogedor y relajante.

Aumento de la energía y la vitalidad en el hogar.